«Volver a mi país me genera mucha satisfacción. Pude compartir con mucha gente a la que quiero durante más de un mes, fui afortunado por poder hacerlo», comenta Favarel. No obstante, el tiempo apremia y el trabajo no se detiene. De hecho, fuera de temporada las obligaciones y responsabilidades adquiridas son aún mayores, sobretodo luego de alcanzar el éxito.
El rosarino, además de ser clave en la conformación del equipo durante la «temporada muerta», un proceso nada sencillo, también continúa formándose y evolucionando en aspectos como entrenador que desea mejorar: «Tengo que seguir aprendiendo y capacitándome, uno nunca deja de mejorar. Cuando creas tener todas las respuestas, dejas de evolucionar».
Balance satisfactorio
Para Pablo, el análisis de su primera experiencia como entrenador, y de la primera temporada de Spartans en el máximo nivel del baloncesto venezolano, va más allá de haber obtenido el título. «Así no hubiéramos terminado de primeros, el balance hubiese sido muy positivo: con la organización, con el equipo y con los jugadores. Trabajamos de la forma más seria posible», aseveró.
Su reflexión acerca de la fortuna y el privilegio que significa obtener un campeonato no pierde vigencia. Y es válida tanto para concebir que las victorias no necesariamente son todo, como para comprender la magnitud de lo logrado a finales de año. «Ganar es muy difícil. Se puede hacer el mejor trabajo posible y capaz no te alcanza porque hay un equipo mejor. Hay circunstancias que no dependen de uno, sino del azar, como las lesiones».
Preparación internacional
Una semana atrás, Spartans Distrito Capital aseguró el primer cupo de Venezuela a la Liga Sudamericana de Baloncesto 2021 (LSB). Con ello, el país podría ver de regreso a un representante en una competencia internacional después de años de ausencia. Y sería justamente en un torneo que el profesor Favarel conoce muy bien, puesto que como asistente técnico pudo saborear las mieles del triunfo.
«Es una gran satisfacción y responsabilidad representar al país en una competencia internacional. Gracias a Dios he participado en ediciones anteriores de la LSB, salí campeón con Fernando Duró y Guaros de Lara. Veamos de acá a septiembre cómo crecemos como organización para afrontar dicho torneo de la mejor forma posible».
Y para crecer como organización, Favarel sabe que el equipo debe estar rodeado del mejor personal posible, así como de jugadores con experiencia, que es lo que se requiere para competir en el más alto nivel. «Debemos conformar al mejor equipo posible. El nivel de los jugadores en la primera edición (SLB) era muy bueno, y estamos tratando de que así sea en esta edición y en el futuro. Por supuesto, hay que buscar jugadores de jerarquía que estén a la altura de una competencia internacional».
Reencuentro con Casalángida
La segunda edición de la SLB será el escenario en el que Pablo Favarel se reencontrará con uno de sus grandes maestros en el camino que lo llevó a convertirse en entrenador: Nicolás Casalángida, quien fue contratado por Guaiqueríes de Margarita. «Con Nicolás trabajé dos años y medio. Gran parte de lo que soy como entrenador se lo debo a él. Siempre será un referente en mi camino».
Su llegada a la SLB ayudará a potenciar la competencia, a «jerarquizarla». «Él va a mejorar la Superliga, nos va a exigir estar más preparados. Para el baloncesto de Venezuela es muy bueno contar con él», concluyó.
2 comentarios :
El tipo lo dijo todo y es q va a buscar un equipo cuya base sea la seleccion nacional asi como hizo guaros de lara cuando competia a nivel internacional con 8 seleccion de venezuela y 4 importados. Medio guevvvv
Excelente entrenador de verdad.
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