Germán Jaspe conversó con el escolta con experiencia en la LPB y las ligas de Argentina y Uruguay.
“Llegué al baloncesto en el año 2012. Estuve en un campamento con Trotamundos (de Carabobo) en 2011 donde inicié. Antes jugaba béisbol. Mi hermano, mi primo David Cubillán, tengo una familia que juega baloncesto. Crecí viendo baloncesto, viendo la LPB y viendo a Gaiteros del Zulia”, contó Chourio, quien llegó a firmar en el béisbol con los Medias Rojas de Boston y Águilas del Zulia.
“Estaba en Maracaibo, la pretemporada comenzaba en enero y me hicieron la invitación. Me lo tomé tranquilo, no me lo creía. Poco a poco iban avanzando los entrenamientos y no pensé que estaba haciendo las cosas tan bien. Llegó el coach Iván Déniz en ese momento y me dijo que hacía el equipo”, explicó el escolta sobre su entrada definitiva al ‘Expreso Azul’.
“Cuando se habla de Trotamundos de Carabobo para mí es mi familia. El Fórum (de Valencia) es mi segunda casa. Un núcleo de jugadores que son más que compañeros de equipo. Siempre estamos en comunicación. Orgulloso de ser parte de esa familia. Agradecido con ellos por darme la oportunidad de formar parte de esta organización”, confesó el nativo de La Pastora, Maracaibo.
Chourio logró su primer trofeo con Trotamundos en 2019: “La organización tenía 13 años sin ganar en Venezuela. El año pasado fue especial, un año atípico, pero todos estábamos comprometidos con el equipo. Guaros (de Lara) era favorito, pero nos mantuvimos concentrados y haciendo cada quien su trabajo”.
Guaros fue el equipo que le dio a Chourio la oportunidad de ganar internacionalmente: “Mi primer título como jugador de baloncesto. Me permitió entender lo que necesita un equipo para ganar, creo que ese fue el principal aprendizaje que me llevé de Guaros de Lara. Fue un paso importante”, asumió el jugador sobre el campeonato en la Liga Suramericana con el equipo larense.
En 2017, Chourio se convirtió en el jugador 215 de la historia en vestir la camiseta de la selección nacional de Venezuela: “La selección es un sentimiento totalmente diferente. Todos nos la llevábamos bien. La gente no se imagina como es el ambiente dentro de la selección. En 2015 recibí mi primer llamado y poco a poco fui ganándome el respeto para estar entre los 12 de la selección. Es un trabajo de día a día. Siempre procuro mejorar”.
“Nunca permitan que alguien les diga que no pueden. Que salgan a luchar y a trabajar cada día por su sueño”, es el mensaje que dejó Chourio a todos los seguidores de la LPB.
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