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sábado, 15 de agosto de 2020

LUIS SOSA: “MIS ÍDOLOS ERAN LOS HERMANOS LAIRET”



Prensa LPB. 15 agosto 2020.- 
.- Luis Sosa destacó sus años dorados en el baloncesto venezolano junto a los fanáticos de la Liga Profesional de Baloncesto este martes.  

“Es una batalla, es una guerra constante de dominio. Se juega la parte física, la parte mental, la parte psicológica. Tienes que tratar de dominar a tú rival, inclusive a veces en desventaja física. Esta es mi casa y en mi casa no entra quien yo no invite. Yo no invito rivales a mi casa. Era mi filosofía. Y era el trabajo que el equipo necesitaba de mi”, así explicó Luis Sosa lo que significa jugar baloncesto en la zona interior de la pintura.

Sosa disfrutó de la compañía de Fernando Peñalver a través de la cuenta de instagram @lpb_aldia.

“Me formé en Caracas. Estudié en la Técnica de Coche (Escuela Técnica Gregorio Mc Gregor), que era una cantera deportiva en Caracas. ‘Mama Osa’ (Néstor Salazar) y yo jugamos juntos en la Técnica de Coche”, explicó Sosa, “en 1979 formo parte de la Selección Nacional Juvenil que fue a un Suramericano en Montevideo, Uruguay. El director técnico Pedro ‘Camagüey’ Espinoza, le prometió a mi papá luego del torneo, que se iba a encargar de mí, que me iba a poner a estudiar y a mí me iba a ir bien en Margarita”.

“Fue una muy bonita experiencia. Mis ídolos eran los hermanos Lairet. Los dos primeros años yo iba al gimnasio a verlos jugar. Yo me maravillaba al verlos jugar, como jugaba el grupo. Ellos me hicieron una alfombra dorada y me recibieron como que jugaba con ellos de toda la vida”, rememoró Sosa sobre su llegada a la tribu, donde hilvanó cuatro títulos al hilo.  

“En la época en que yo jugaba, en cualquier pueblo de Margarita, en cualquier calle de Margarita, veías tableros por todas partes. Todos querían emular a los jugadores de Guaiqueríes de Margarita. La afición por el equipo es impresionante”, describió quien acumuló 3.164 rebotes, 2.378 con Margarita y 786 con Marinos.

Guaiqueríes de Margarita forjó su leyenda en el gimnasio ‘Verde Rojas’, conocido como ‘El Gallinero’, debido a cómo las personas se disponían en los distintos sectores del techo de la infraestructura para ver los juegos: “La cercanía de la cancha con los jugadores la hacía una cancha muy difícil. El tablero era muy pesado y había que estar en buenas condiciones físicas, porque las lesiones eran recurrentes. Los lanzamientos de larga distancia tenían que ser muy precisos”, argumentó el jugador con 17 campañas entre Liga Especial y LPB.

“Yo entendí mi rol dentro del equipo. ‘Estamos plagados de estrellas. De gente que va a hacer los puntos y tenemos un sistema de juego establecido. Nuestro juego alegre ya está establecido. Necesitamos que hagas este trabajo que es defender a los hombres grandes, coger los rebotes, los pases de salida rápidos y correr la cancha’, así me lo solicitó Pedro ‘Camagüey’ Espinoza. Lo entendí y me alegraba de terminar el juego con dos puntos y 10 rebotes. Y ellos (los compañeros de equipo) me aplaudían”, sostuvo Sosa sobre la necesidad de entender su papel dentro de un ya exitoso quinteto, “ningún equipo de ningún deporte, ha ganado seis títulos seguidos en su estreno. Por eso se afianzó tanto en la fanaticada. Por eso es que es parte de la idiosincrasia de Margarita”.

Luego vino el paso a Marinos de Oriente (hoy de Anzoátegui) “Una muy bonita experiencia. En la cúspide y casi cuesta de mi carrera. Guaiqueríes toma la decisión de cambiarme a Caracas. Estaba involucrado Richard Medina. Fue inconsulto y decidí no ir a Caracas. No quería vivir en Caracas y mis hijos no iban a tener la libertad que ya tenían en Margarita. Me declaro agente libre y la oferta que me hizo Domingo Cirigliano fue bastante buena. ‘Necesito que me ayudes a estructurar un equipo’, me dijo. Eso fue en el año 90. Cambió la historia del baloncesto venezolano”, sopesó Sosa sobre la moderna estructura que generó el mítico directivo de equipo oriental.

Sosa no se queda en el contexto del pasado: “Los jugadores ahora son grandes profesionales. Toman en cuenta muchas más cosas que nosotros en nuestro momento. Ahora se preocupan por la alimentación, el gimnasio, el entrenador personal que los cuide, tomar complementos, el descanso. Ahora son profesionales. Toman en cuenta el scouting”.

Sin embargo, Sosa sigue admirando la exitosa fórmula de juego la cual se formó: “El basquetbol alegre. El juego más libre, por concepto que llamamos. Donde los jugadores tienen las opciones de acuerdo a la visión de la defensa. Todos defienden y todos atacan, donde todos hagan un esfuerzo más”.  

El ala-pívot también integró la selección nacional adulta de Venezuela. Fue miembro de la plantilla que se tituló en el campeonato Suramericano de Valencia 1991: “Representar a tu país, ponerte el uniforme de Venezuela en cualquier actividad. Donde tengas a tus espaldas a los 30 millones de habitantes es el mayor orgullo. Cada vez que me convocaban, eso es lo que yo quiero, quiero sudar la camiseta por mi país”.

Un empujoncito en mi carrera. Una gran experiencia. Jugamos en Medellín, Colombia en 1985. Hace contacto conmigo el entrenador del equipo River Plate. Me adaptaba al juego que querían tener. A la semana me llamó el gerente del equipo. Y acordamos. Ya ‘Tulo’ (Ramón Rivero) había tenido una experiencia unos años antes”, agregó Sosa describiendo también su paso por el baloncesto de Colombia y República Dominicana.

Luis Sosa fue el primer jugador en llegar a 3 mil rebotes en la liga y es, junto a José ‘Cheíto’ Ramos, el único jugador con su número retirado en dos franquicias LPB, el muy reconocido 12.

Con la selección de Venezuela ganó el Campeonato Suramericano de 1991 en el Forum de Valencia. Es uno de los mejores reboteadores de la historia LPB. En 1985, se alzó con el trofeo al Más Valioso del Juegos de Estrellas.

Ya suma casi un lustro de actividad en los banquillos, como asistente técnico y entrenador principal.

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