Miércoles 25 de julio de 2012
A propósito de la cercanía del baloncesto de los Juegos Olímpicos, con su correspondiente comparación entre el equipo de los Estados Unidos de 1992 con los actuales, les traemos una columna publicada en el Diario Líder el 14 de diciembre de 2004.
La semana pasada aparecieron en la prensa norteamericana unas declaraciones de Dominique Wilkins, noveno mayor anotador de todos los tiempos en la NBA, donde señalaba que el Dream Team no podría formarse de nuevo, ya que por un lado los mejores jugadores de la liga no mostraban espíritu de integración para atender el llamado, y por el otro, que no había grandes tiradores para atacar las defensas zonales usadas por los rivales en torneos internacionales. Si bien son irrefutables estos señalamientos, creemos que el ya retirado alero que formó parte del “equipo de ensueño II” en el mundial Toronto 94, paso por alto la principal razón para que luzca imposible el que podamos ver de nuevo al Dream Team, y esta no es otra que la globalización de la NBA.
Recordemos que cuando en 1992 apareció el mejor equipo alguna vez formado en la historia del baloncesto, apenas si un poco más de una docena de jugadores extranjeros actuaban en la liga más poderosa del mundo, y de ellos sólo el nigeriano Hakeem Olajuwon (que después representó a Estados Unidos en Atlanta 96) era considerado dentro del grupo de estrellas del circuito, lo que implicaba que al reunir los mejores 12 de la liga, sólo pasaportes estadounidenses iban a presentarse al momento de viajar. Diez de los elegidos, Jordan, Magic Johnson, Bird, Ewing, David Robinson, Barkley, Stockton, Drexler, Malone y Pippen, están incluidos entre los mejores 50 de todo el historial NBA, por lo que la abismal diferencia en el nivel de estos astros con el resto del mundo conllevó a una aplastante superioridad de Estados Unidos en Portland y Barcelona 92.
Pero esa superioridad se fue reduciendo aceleradamente hasta llevar a las estrellas NBA a sufrir la humillación de perder como anfitriones el Mundial Indianápolis 2002 (fuera de semifinales con tres derrotas) y de apenas alcanzar el bronce en los pasados juegos olímpicos Atenas 2004. Cierto que un buen número de sus principales figuras no participaron, pero no es menos cierto que el crecimiento que en los últimos años ha tenido la “legión extranjera” de la NBA, se ha plasmado no sólo en cantidad sino en calidad.
Si en estos momentos se quisiera armar un grupo con lo mejor de la primera liga del mundo, sería obligatoria la presencia de “Shaq”, Garnett, Duncan, Kobe Bryant, Ray Allen, McGrady y Jason Kidd, pero no sería la mejor selección posible si no contara al menos con el alemán Dirk Nowitzki y el lanzador serbio Peja Stojakovic. Y lo de al menos es porque, ¿acaso alguien puede dudar de los meritos del canadiense Steve Nash para ser considerado entre los mejores bases (sino el mejor)? ¿O es que después de O’Neal hay algún centro nato que pueda considerarse claramente por encima del chino Yao Ming?
Estados Unidos sigue siendo la primera potencia de la especialidad, y si logra concentrar a los mejores y balancear el criterio para conformar su selección, va a recuperar los títulos mundiales y olímpicos. Podremos ver a un grupo de estrellas estadounidenses representando a su país, pero el Dream Team con los mejores jugadores del planetas sólo hubo y habrá uno; el que venció en la final del Preolímpico en 1992 a nuestros Héroes de Portland.
Por Freddy Chavier
@FreddyChavier
Tremendo reportaje profesor Freddy, uno siempre que lee sus documentales del baloncesto es cultura para uno, gracias.
ResponderEliminarmuy buen articulo,los felicito
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