Zamora, nacido en Caracas, vuelve al club pucelano, en el que se formó entre 2006 y 2009, después de foguearse en la LEB en el Clínicas Rincón, filial del Unicaja. No convenció al club malagueño aunque el año pasado firmó 9,7 puntos, 3,2 rebotes y 2,2 asistencias en 25 minutos de juego. Unicaja le dejó libre y el Blancos de Rueda le eligió para completar la plantilla.
Será el jugador número 11. El último de la fila. Jhornan lo sabe pero no pierde la ilusión. «Me veo con posibilidades de jugar minutos. La temporada es larga y estoy currando para que Luis me dé minutos. Él confía en mí», explicaba esta semana el venezolano.
Su nuevo entrenador puede sacar partido a su polivalencia. Puede jugar de base, de escolta o incluso de alero gracias a su capacidad ofensiva y de rebote. Debe mejorar en defensa. Casimiro así ve al más joven de su equipo: «Tiene que ir poco a poco adaptándose al ritmo de la Liga ACB pero a través de su juventud nos debe transmitir su ilusión por este juego».
Jhornan Zamora firmó en agosto y sigue trabajando duro para hacerse con un hueco, aunque tiene por delante a Diego García y Michael Umeh, como escoltas. «El listón está muy alto», dijo en su presentación, pero tiene paciencia: «Trataré de explotar mis cualidades, mi descaro para atacar y para pasar. Habrá que irse ganando poco a poco el espacio».
Un mes después, el venezolano (aunque con pasaporte español) sigue trabajando duro pese a que sus opciones de jugar son escasas. «Estoy muy feliz, con mucha ilusión. Trabajo duro en lo táctico y lo físico para dar el máximo en lo que me pida Luis», admite el joven jugador a pesar de las dificultades que va a encontrar.
Zamora tiene mucha confianza en sí mismo y en su juego, y los dos años en LEB Oro le han servido para curtirse. «He dejado de ser un niño, ya estoy preparado para la ACB», dijo en su presentación. La cancha dictaminará si lo que dijo es cierto o no.
El escolta también habló de la pretemporada, que termina esta semana. «Aún estamos a un 75 o a un 80% de juego. Físicamente arrastramos el lastre del verano, con mucha carga, pero casi estamos a punto», comenta. «El objetivo es llegar al cien por cien al primer partido, trabajamos para conocernos más, las virtudes y los defectos de cada uno».
Por último, Jhornan quiso quitar importancia a las derrotas y al mal juego mostrado en algunos partidos. «Estamos probando y es normal. Las pruebas salen bien a veces y otras no. Probamos sistemas, ritmos, jugamos partidos después de entrenamientos duros... Quizá el aficionado no sabe eso».
Tomado de: www.eldiadevalladolid.com
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