Martes 02 de agosto de 2011
Con el ingreso de un coach del nivel de Eric Musselman hemos visto como se han venido cayendo poco a poco los “mitos” de nuestro baloncesto, en este caso llamamos mitos a aquellas cosas que se esgrimían como paradigmas y que eran repetidas a manera de justificación por medios, entrenadores y federativos de los malos resultados obtenidos.
Mito #1: Nuestro estilo es “Defensa y Velocidad”.
Esta es una variación de la nefasta frase “hay que defender que la ofensiva sale sola”, eso está bien para un baloncesto básico (primitivo, infantil) pero a nivel profesional y de Selección Nacional es poco menos que una falta de respeto. Si bien esto es vendido como el “estilo americano” es una excusa para la falta de preparación y esquemas definidos de ataque, que impliquen un estudio y aprovechamiento de las cualidades de nuestros jugadores, además de exigirles desarrollar otras necesarias, y la adaptación de los mismos a un esquema táctico que demande ejecución precisa y algunas veces compleja.
Mito #2: “Llevaremos a los mejores del país (estrellas LPB) “.
Este argumento era repetido como excusa por entrenadores y comunicadores para justificar la ausencia de jugadores de talla en nuestra selección, así como para justificar el colocar a varios jugadores fuera de posición FIBA, es decir, darle cabida a las llamadas estrellas de la LPB, aun cuando no poseen las cualidades para destacar a nivel internacional en las posiciones donde brillan en la liga local.
Muchos de estos jugadores son muy similares y no ofrecen nada diferente al equipo (lo más común es el Ala-Pívot de 1.98 mts). Estos aun logrando algunas veces números decorosos contribuían negativamente al funcionamiento del equipo.
Musselman ha cambiado esto radicalmente, colocando jugadores con menos pergaminos (caso Windy Graterol) pero que cumplen con las características de un jugador que pudiera no dar tantas ventajas físicas a nivel FIBA (2.04mts, ágil y con intensidad).
Otra muestra de esto es el colocar a jugadores como Colmenares o Bethelmy como puesto 3, convirtiendo la desventaja física en ventaja, y no repetir el esquema LPB donde estos son jugadores puesto 4, obligándolos a trabajar en sus fundamentos. Ahora bien, ¿por qué hay que esperar que Musselman coloque las piezas en su lugar y exija en los jugadores las cualidades necesarias para ser efectivos y no dar ventajas a nivel FIBA?
Mito #3: “El equipo se pone lento/No podemos correr”.
Otro justificativo derivado del Mito #1 (defensa y velocidad), argumentando la supuesta velocidad de nuestro juego. Era un negado absoluto colocar dos jugadores altos en cancha para no regalar nada a nuestros rivales en ese sentido. Aun cuando desde hace mucho los nuestros no son los más rápidos del continente en varias posiciones claves.
Musselman tiene en miras contar con una rotación de internos de 2.04 metros o más (Graterol, Echenique, Marriaga y Lugo) el equipo no ha perdido velocidad pues se ha hecho énfasis en el movimiento de balón (nadie corre más rápido que él) y una de las premisas para poder correr es tomar el rebote defensivo, además de generar pérdidas de balón. Con jugadores de baja estatura y dando claras ventajas en los tableros era muy difícil generar quiebres rápidos que cada vez escaseaban mas en torneos internacionales.
Mito #5: Compensaremos la falta de estatura con un buen “cerco reboteador”.
Esgrimido una y otra vez como solución para contrarrestar los efectos de la falta de estatura y que demostró fracasar una y otra vez en los torneos internacionales. Esto obligaba a frases penosas como “ese jugador es más bajo pero se faja”, lo que admite el colocar a un jugador en clara desventaja a nivel FIBA y justifica de antemano el no cumplir con las expectativas.
Un entrenador como Musselman entiende que a nivel FIBA los rebotes se toman con dos cualidades: a) Estatura; b) Peso. Es por esto que una de sus principales preocupaciones fue la falta de estatura, inmediatamente ubica jugadores que no son “sexys” para los aficionados (Graterol, Marriaga) y les asigna el rol de batallar por los rebotes, donde no estarán en una absurda desventaja y podrán cumplir con el rol de proteger la pintura y asegurar paridad a la hora de luchar por los rebotes, amen de liberar la presión de los perimetrales ante una falla defensiva.
Esto obliga a más trabajo táctico a fin de aprovechar las habilidades, algunas veces escasas, de este tipo de jugador y esconder sus deficiencias pues es necesario que cumpla su función dentro del equipo. Con un entrenador de la categoría y experiencia de Musselman, quien tiene bien claro de que se trata el baloncesto moderno y las carencias que presenta el “modelo LPB” o “liga espectáculo” en cuanto a las características de los jugadores que se necesitan para triunfar a ese nivel.
Nuestros comunicadores y analistas de baloncesto se ven obligados a soltar frases antes impensadas como “Colmenares y Bethelmy tendrán más oportunidad de destacar como puesto 3”, “Musselman podría experimentar con Echenique y Marriaga al mismo tiempo en la cancha”, “Vemos varios jugadores que no parecen encajar con el esquema del entrenador”.
Se ve con esto, que nuestro baloncesto necesita mucho crecimiento en todos los niveles, tanto entrenadores, federativos y medios de comunicación.
Por Rafael Carrillo
6 comentarios :
excelente articulo pura verdad , señor Carrilo lo felicito junto con las personas de Se habla basket deberian de darles un espacio en la federacion para que aporten ideas , ya que dicen cosas que no se leen ni se escuchan ni en tv , ni radio , osea la verdad por delante sigan asi
totalmente deacuerdo nuestro baloncesto debe crecer en todo los sentido, la lpb, no es la solucion a la seleccion
Excelente reportaje, quizas la lpb no sea la solución a la selección pero si habria que trabajar en categorias menores y expandir una esa liga para que el talento emerja.
Que bueno leer una pagina como esta, realmente su trabajo es super valioso, no desmayen, se ve que conocen de baloncesto, y como alguien ya dijo, no se lee en más ningún lado artículos como estos...
EXCELENTE ARTICULO, HAY 2 PERIODICOS DEPORTIVOS EN VENEZUELA Y EN NINGUNO SE PUEDE LEER UN ANALISIS ASI.
ESPERO PODER SEGUIR LEYENDO COSAS TAN BUENAS EN ESTA PAGINA.
A continuación entrevistas a unos jugadores del baloncesto venezolano en el exterior que pueden ser convocados a la selección nacional de baloncesto.
Javinger Vargas,
Un joven de 21 años de 2.04 metros de estatura que puede jugar la posición 2, 3 y 4.
Vargas pertenece a la organización de Trotamundos de Carabobo y viene de ser campeón con la filial Dragones en la Liga Especial, fue el mejor anotador con 26 puntos y tres triples.
Julio Migliónico
Es uno de los más de 30 jugadores altos con los cuales cuenta Venezuela en estos momentos
Mi altura es 2.08, mi peso es 93 kg. y tengo 20 años. Soy de Carabobo Venezuela. Cuento con la doble nacionalidad: venezolana y uruguaya, Mi posición es la 4.
Soy bastante rápido para mi altura y mi posición. Me gusta driblar la bola, y creo que busco mejorar siempre mi tiro de media.
J.R. Coronado
Mi altura es 2.03 ,115kg juego 3y4 soy de margarita Venezuela Bueno promedie 11.2 ptos y 10.2 rebote estando en la posición 14 de todos los reboteros de la liga División 1 en la nación todo esto en 24 minutos por partido de promedio
Michael Javes; quiere jugar con Venezuela
“Me gustaría jugar con Venezuela, me siento venezolano. Yo viví allá, mis hermanos y mis amigos son de allá. Son muchas cosas que me unen al país” no dudó en decir Michael Javes, joven de 21 años que juega en la universidad de Arkansas Little Rock de la primera división de Baloncesto de la NCAA en Estados Unidos
El joven nacido en Colombia de 2.08 de Altura. Esta en primera división NCAA con
Arkansas Little Rock
Sin embargo, este chico de 2.08 de estatura es oriundo de Cali, Colombia criado en Venezuela, y aunque su padre es venezolano, él no tiene ningún documento que lo identifique como venezolano.
“No tengo papeles, en este momento soy colombiano, habían equipos en Venezuela que querían sacármelos para ponerme a jugar, yo lo que quería era venir a USA, estuve entrenando con tres Organizaciones pero me salí” Javes estuvo viviendo entre Maracaibo (Zulia) Venezuela y Colombia antes de partir a tierras del norte.
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