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viernes, 12 de agosto de 2011

El impacto de la Liga Profesional en el baloncesto venezolano

Carl Herrera, Gabriel Estaba e Yvan Olivares
Viernes 12 de agosto de 2011


Contactamos nuevamente al Sr. Freddy Chavier para que aclarara a los seguidores del baloncesto las dos siguientes interrogantes

¿Por qué el cambio de Liga Especial a Liga Profesional?


¿Qué beneficio trajo al baloncesto venezolano este cambio?
 


A continuación la respuesta del Sr. Chavier :

Antes de responder tu pregunta déjame felicitar a todos los que laboran en SeHablaBasket.com, ya que la página es una real alternativa para el seguimiento del baloncesto venezolano, en especial de los chamos que se encuentran fuera del país, además que hemos podido leer artículos de opinión sobre la Selección Nacional muy bien enfocados.


En relación a la primera parte de tu pregunta, al porqué del cambio de Liga Especial a Profesional, una respuesta rápida y concisa sería: para proteger un negocio que cada vez se hacía más rentable. Ahora bien, para que se entienda el contexto que en 1993 propició el cambio del status jurídico de la liga, tenemos que extendernos mucho más, ir al porqué de la instauración de la liga, su desarrollo y logros,  y la sucesión de algunos eventos que fueron sumándose para impulsar a los dueños de equipos a profesionalizarla, aunque paradójicamente el ultimo de dichos eventos, fue consecuencia de haber logrado lo que se pretendía con la creación de la Liga Especial en 1974.


Recordemos que para esa época, el baloncesto venezolano no existía en el ámbito internacional, al punto que nuestra selección absoluta apenas había cosechado 22 triunfos en casi 100 partidos oficiales a lo largo de 16 torneos, la mayoría de ellos en el marco de juegos deportivos Bolivarianos o Centroamericanos y del Caribe, y precisamente para elevar ese bajísimo nivel, fue que se creó la Liga Especial.

Hermanos Bompard
El impacto comenzó a verse casi de inmediato, la liga pasó de 4 a 8 equipos en sus primeros tres años (increíble que después tuvieran que pasar 3 décadas para la siguiente expansión), poco a poco fueron bajando la cuota de importados (comenzaron con 4 por equipo), nuestros jugadores fueron mejorando su nivel, y ya en 1977 la Selección logró su primer campeonato: el oro en los Bolivarianos de La Paz, Bolivia. El avance no se detuvo, y antes que la liga cumpliera sus primeros diez años, Venezuela ya derrotaba con claridad a Chile, Colombia , Perú y Paraguay, países que apenas un lustro atrás nos vencían, y cada vez nos hacíamos más difíciles para Brasil, Argentina y Uruguay.

Pero eso no era todo, los menores irrumpían en el podio del cono sur, con segundos lugares en el Suramericano Juvenil 1984 y Cadetes 1985, y el título en cadetes 1986, y no era casualidad. En el juvenil Colombia 84, las principales figuras fueron Carl Herrera y Gabriel Estaba, que contaban con dos años de experiencia en la liga, y participaciones con la selección mayor en los Panamericanos de Caracas, caso similar al de Cesar Portillo, que antes de ser la vedette de ese torneo cadetes Perú 85, ya acumulaba pasantías en la liga, en el Suramericano de Mayores 85 y la Selección Juvenil del 84. Todo ese currículo les permitió a estos y otros jóvenes más, emigrar al baloncesto colegial de los Estados Unidos. 

Selección Nacional del Suramericano de Valencia 1991
Al mismo tiempo, la selección absoluta proseguía su escalada hasta obtener el cupo al mundial Argentina 90, el título Suramericano del 91, y la gesta del subcampeonato Portland 92, con la consiguiente participación en los Olímpicos de Barcelona. Pero antes de estos últimos logros, ya habían comenzado los problemas en la Liga Especial, específicamente en 1988, cuando una decisión federativa excluyo de las semifinales a los Gaiteros del Zulia, por  supuesta alineación indebida del hispano-venezolano José Luis Díaz, y todo lo que generó esta decisión, conllevó a que la Federación Venezolana de Baloncesto interviniera a la liga, y creará la Comisión Nacional de Baloncesto Especial (CONABAES) para dirigirla. El problema para los dueños de equipos, fue que la CONABAES la integraban 3 miembros: un representante de la Federación, otro de los propietarios, y un tercero “independiente” pero que era nombrado por la Federación, así que esta última tenía el control de todas las directrices.

A partir de allí ya no era que la liga aportaba ciertas colaboraciones en lo económico, sino que la Federación participaba como un miembro más de los beneficios, es decir, además de los ocho que invertían había un noveno que ganaba por igual. Esta situación se mantuvo por cuatro años hasta que aparecieron los Héroes de Portland, cuyo logro conllevó a un boom publicitario nunca antes visto en el baloncesto venezolano. Las marcas cerveceras se disputaban la camiseta nacional, la imagen de los jugadores, de los equipos y sus sedes, llovían los patrocinantes, y el pastel a repartir alcanzó dimensiones impensables cuatro años atrás.

Harold Keeling
Como colofón, los principales canales de televisión luchaban por los derechos de transmisión de la liga, y esto generó una seria discrepancia entre Federación y dueños de equipos, y estos últimos encontraron la situación propicia, aprovecharon la inexperiencia de una directiva que al mando de Carmelo Cortez recién se estrenaba en la Federación, se desligaron de CONABAES y crearon la LPB bajo la figura de Compañía Anónima.

Ahora bien, la otra parte de la pregunta, ¿esto benefició al baloncesto venezolano? Creemos que no, y por el contrario ese cambio trajo ciertas desventajas, comenzando porque desde entonces cualquier joven que vea acción en la liga, automáticamente se le clasifica como profesional y esto le bloquea la posibilidad de ingresar al baloncesto universitario estadounidense, aunque en esa década de los 90’, esto no era revisado de manera tan rigurosa por las universidades gringas, y algunos pudieron eludir este impedimento (caso Diego Guevara), pero después de la proliferación de la Internet, es virtualmente imposible hacerlo.

Que significa esto, que anteriormente muchachos que entre los 15 y 18 años mostraban gran potencial, firmaban con algún equipo, debutaban en la liga, y con esa experiencia iban después al básquet universitario, y durante sus 4 años de estudios podían jugar aquí en época de vacaciones, cuestión que ahora no puede hacerse.

El desligarse de la Federación, también permitió a la LPB jugar con cambios en la reglamentación FIBA, siendo el de las seis faltas uno de los más perjudiciales al desarrollo del  jugador venezolano, ya que el único fin de esta modificación fue el de aumentar los minutos en cancha de los importados y de los “caballos” criollos, lo que sin duda generó menos tiempo en cancha para los menos experimentados.

Sam Shepperd
Pero quizás la más dañina de las políticas de la LPB, ha sido la orientación que se le ha dado al  cupo de extranjeros. Recién profesionalizada, la LPB comenzó por otorgar un importado más a  aquellos equipos que no pudieran contar para toda la temporada con su máxima figura, después fue dar uno más a los equipos con peor récord en la temporada anterior (un premio a la mala gerencia), prosiguieron con tres en planilla pero dos en cancha, más tarde fue aquella cuota de dos “gringos” y un “comunitario”, hasta llegar a la más reciente de 3 extranjeros sin restricción de nacionalidad.

No hay que ser científico para ver que todas y cada una de estas diferentes cuotas de extranjeros han ido en detrimento del jugador venezolano, pero ninguna como la actual, que realmente es de “número ilimitado con tres de estos foráneos por juego”. Y es que ahora vemos equipos con hasta seis importados en el país, y los van rotando de acuerdo a su rendimiento, condición física y características del rival, es decir, hoy puedan jugar unos, mañana otros, y al siguiente juego de nuevo los primeros.

En la época de la Liga Especial y aun en los primeros años de la LPB, esas exclusiones y reinserciones en la nómina de foráneos estaban limitadas, ya que el jugador que era sustituido por otro, podía reingresar a la nómina sólo después de un número determinado de partidos, y si luego de reinscrito era excluido de nuevo, quedaba fuera por el resto de la temporada. Que significaba esto, que si un importado de calidad por cualquier motivo debía faltar a uno o pocos juegos, para no perderlo para otros encuentros o por el resto de la campaña, los equipos preferían ir a ese o a esos juegos con un extranjero menos, viéndose obligados entonces a una mayor utilización de la plantilla criolla.

5 comentarios:

  1. Ojala que la LPB reconsidere lo de los 3 importados en cancha, ya es tiempo de que sean 2 nada más y así se desarrolle más el jugador venezolano

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  2. Excelente respuesta del sr Chavier,muy interesante lo comentado por el en este articulo!

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  3. Felicito al Prof. por su excelente análisis, gracias le doy a Dios por haberme permitido vivir y ser uno de aquellos no famosos actores de esa época de oro para algunos y poco menos para otros; sin embargo, en vista de las roscas que tanto hoy como ayer han existido y empañan la calidad de la liga, ruego a Dios para que los federativos cambien estas aptitudes contrarias, que sólo dañan el mejor desempeño de nuestra selección Vinotinto. En cuanto a la plantilla de jugadores importados en la LPB, creo que en Venezuela tenemos sobrado talento para que se mantenga el nivel de juego acostumbrado como también el espectáculo, por lo que creo en mi humilde opinión jugar con un (01) solo foráneo y el resto, claro está, criollos; lo que redundaría en una relación ganar ganar. Considero que es preferible pagar una mayor suma de dinero a un (01) solo importado de altísima calidad basquetera que tener dos o tres de baja o media calidad, lo que me resta minutos de juego de mis venezolanos y menos espectáculo. Debemos sembrar abundantemente para cosechar sobreabundantemente. Dios bendiga a todas nuestras selecciones vinotinto Venezolanas.

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  4. Muy interesante, gracias!

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  5. Interesante y muy acertado analisis,profe,bienvenido a sehablabasket.com un honor y un orgullo contar con el apoyo de la biblia del baloncesto venezolano.

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